Debo confesaros que él es algo
friki de la mitología, y mi nombre es el de la diosa romana de la suerte, hija
de Júpiter.
Bien, en cuanto a mí, ya van
siete años los que llevo viviendo con él. He de decir que cuando llegué solo
éramos Boro, un armadillo y yo. Ahora, ¡somos muchísimos más en casa! No sé
quién será el próximo en unirse a nuestra familia.
El otro día, vi que ponía en el
buscador de Google “Cómo cuidar a un mono”. ¡Espero que no sea lo que parece! Y
si lo fuera, ya haríamos algo para convivir todos juntos. No me puedo quejar,
lo cierto es que tuve mucha suerte de que me encontrara ese día en la
calle.
Fue un día lluvioso, de mucho
frío. Mi mamá me abandonó y llevaba unos días durmiendo bajo los coches, casi
sin alimentarme. Ese día, tenía mucha hambre y unos olores me llevaron a la
terraza de un conocido bar del centro de Castellón, llamado ‘El trébol’. En ese
momento, salía Boro, quien me llevó a su casa, me curó unas heridas que tenía
en el lomo y me dio de comer. Desde entonces, estamos juntos.
Ahora, nos vamos a mudar. ¡Nos
vamos a México! Estamos todos como locos empaquetando nuestras cosas. No
sabemos muy bien dónde vamos, ni cómo será la casa. Pero, estoy deseando
recorrer sus kilométricas playas.
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