Actividad III. Reseña de Calvin y Hobbes. Páginas dominicales 1985-1995
Si
tuviéramos que escribir una reseña sobre Calvin y Hobbes, Páginas
dominicales 1985-1995, ¿por dónde deberíamos empezar? ¿Cómo
podríamos capturar en un fragmento la esencia de un cómic que es ya
de por sí fragmentario? ¿Cómo podríamos dejar de sentirnos
traidores al destacar unos elementos y olvidando otros? Es probable
que su atractivo resida precisamente en su brevedad, en la capacidad
de sugerir más que en la de decir.
El
autor de estas divertidas historias se llama Bill Watterson, y este
libro es el catálogo correspondiente a su exposición en «The Ohio
State University Cartoon Research Library».
Ediciones
B ha tenido a bien brindarnos una maravillosa edición bilingüe que
además cuenta con los comentarios a pie de página del propio autor.
Estos comentarios, a mi parecer, son de gran ayuda a la hora de
profundizar en los personajes y entender mejor el proceso creativo.
De
sus dos personajes principales poco se puede decir que no se haya
dicho ya. Por un lado está Calvin, ese niño sin pelos en la lengua
que, sin embargo, en ocasiones tiene que enfrentarse a las
situaciones más traumáticas. Y por el otro está Hobbes, su tigre
de peluche y fiel compañero. Todo Quijote tiene su Sancho, y el de
Calvin es sin duda Hobbes. Es el tigre el depositario de la
imaginación y de la alegría del niño, pero también su paño de
lágrimas y su máximo consuelo.
Los
dos juntos correrán, reirán y gritarán a través de las menos de
cien páginas que forman el libro. Y les dará tiempo por el camino a
reflexionar sobre temas tan transcendentales como la guerra, la
amistad, la educación, el bullying o tantos otros que sería casi
imposible enumerarlos a todos. De modo que, por estas y muchas
razones más, recomiendo leer, ahora y siempre, a Calvin y a Hobbes.
También podéis leer esta reseña en goodreads
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