El curso
pasado tuve a una maestra nueva en clase junto a la tutora. Era como nuestra
seño Angustias, solo que se llamaba Estefanía. Ese año tuvimos dos seños para
enseñarnos.
Estefanía era
alta, con ojos grandes, pelo rizado y alborotado. Siempre venía a clase con
unas botas de montaña horribles, pañuelos árabes y unas camisetas muy anchas y
coloridas, por eso le decíamos la seño hippie, aunque ella no lo sabía. Bueno
no lo supo hasta los últimos días de clase, que fue cuando le dije que de forma
cariñosa la llamábamos así.
Recuerdo que
un día, a la vuelta de una excursión, la seño Angustias le dijo a la seño
Estefanía que diera la clase de plástica, que ella tenía que hablar con una
alumna, por su mal comportamiento durante la visita al museo. Todas y todos
estábamos muy felices por la excursión y no queríamos volver a la clase, y menos
para tener que sentarnos. En ese momento, Estefanía cogió los cuadernos de
plástica y los lanzó por el suelo del patio, formando un círculo, y nos
dijo: buscad cada una y cada uno vuestro libro y tumbaros en el suelo para
disfrutar del aire libre mientras hacemos plástica. No dudamos ni un segundo en
salir corriendo con nuestros colores. Lo mejor de ese momento fue ver la cara
de la seño Angustias cuando nos vio en el patio dibujando en el suelo, sin duda
es uno de los mejores recuerdos que tengo con la seño Estefanía.
También
recuerdo que a veces, después del recreo, para relajarnos nos decía que
cerráramos los ojos y que inspiráramos y espiráramos, al principio nos entraba
la risa pero segundos después estábamos en silencio y al abrir los ojos nos
sentíamos más calmados y calmadas.
Sin lugar a
dudas fue un año divertido, donde aprendimos mucho y de forma diferente.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHéctor, recuerda que debes hacer el texto como entrada, no como comentario :)
EliminarExcelente trabajo Estefanía. Me ha gustado mucho la autopercepción como docente "la seño hippie" y la actividad de los cuadernos.
ResponderEliminarNos vemos mañana.