22 de octubre de 2030
Hoy, mientras revisaba
mis notas para la defensa de la tesis, mi hija pequeña entró en la
habitación extasiada. Me eché a reír solo de ver el brillo en sus ojos. Como
siempre empezó a parlotear y a explicar cosas ininteligibles para cualquier ser
humano. Solo entendí pequeños fragmentos sobre momias, tumbas, personas con
cabezas de animal y un calor mortal. Detrás de ella, con sus habituales
muestras de indiferencia, entró su hermana mayor. Para ella no era la primera
vez, además sigue viendo a la pequeña como un bebé.
Mirando el calendario recordé que día era hoy. El día de la
excursión. Era la primera vez que Laia, mi hija pequeña, asistía a los MEI (Movimientos
Educativos Internacionales). Llevan más de un lustro realizándose y todavía me
fascina como la tecnología ha avanzado tanto. Es curioso como solo una mente
brillante como Lara García ha transformado el mundo al descubrir los saltos
espaciales. Gracias a ella no solo ha mejorado la Educación. Con los MEI cada
trimestre los niños del mundo saltan en el espacio a otros países y se realiza
el mayor intercambio cultural de la historia. Hoy Laia y Sofía han visitado las
pirámides de Egipto.
Si me hubiesen contado esto en el 2010 cuando empecé a
estudiar Educación… Ahora los aprendizajes han ganado nuevas dimensiones y el respeto junto al resto de valores cívicos se han vuelto fundamentales.
Aunque yo sigo esperando que la tecnología avance un poco más y que mi próximo
vehículo sea una Tardis.
Hace 8 años empezamos a vivir una utopía. Por eso me decidí a
tener hijas, el mundo era un lugar apto para ellas tras la aparición de los
saltos. Al principio la doctora García controlaba el uso de los saltos pero después
de ganar dinero como para vivir tres vidas dejó la patente abierta y ahí empezó
la revolución. Con ello los gobiernos empezaron a temer ataques terroristas,
guerras y otras amenazas. Cualquiera podía ir a cualquier parte con menos de
100€. De otra manera, jamás se hubiesen puesto a dialogar y a pactar treguas.
Ahora las fronteras no tienen sentido y las guerras se pueden volver en contra
de los que las fomentan, así que con el invento de la doctora García todo eso
ha perdido sentido. Aunque la voz de mi conciencia me dice que esta paz no
durará mucho.
La semana pasada nos negamos a que las niñas y nosotros nos
implantásemos el chip FIO. Sé que las niñas no tendrán acceso a ciertos
colegios que ya dan clase exclusivamente con transmisión de datos bluetooth,
pero lo importante para nosotros es que crezcan con la mente libre y capaz
desarrollar un pensamiento crítico. No vamos a dejar que ninguna empresa
privada decida lo que entra en la mente de esta nueva generación sin ningún
control. Nada es gratis y creo que la factura de esto la veremos en breve. Y es
que volviendo a la excursión de las niñas, Sofía me contó que en Egipto vio
como unos cyborg echaban a unos chicos con carteles del museo. Dice que no
entendía lo que ponía porque estaba en otro idioma, pero por la escena que me
ha descrito parecía una protesta. Lo que sí pudo ver era una imagen de un chip
FIO en los carteles. Lo ha reconocido de inmediato porque el gobierno suele
dar charlas en los colegios para que los niños vean las virtudes de tener uno (videojuegos
gratis directamente en la mente, realidad aumentada sin necesidad de gafas,
conexión inmediata con quién quieras y donde quieras, etc). Esta es la segunda
señal que me indica que algo se está moviendo. Gracias a Dios el colegio donde
van las niñas evita toda tecnología hasta los 7 años y a partir de entonces la
introducen poco a poco ayudándoles a dominarla mediante la capacidad crítica.
Quizás si me hubiese conformado con la plaza que obtuve en el
2021 como maestra yo estaría de acuerdo con el sistema. Pero tras formar parte
de la Asociación de Renovación Pedagógica de Alicante durante varios años y mi
estancia en Chile y Bali con la beca Comenio K+ conocí profesionales que me
abrieron la mente y me insuflaron aliento para empezar mi primer doctorado. A
partir de ahí todo cambio. La idea para la tesis que empezó en Viña del Mar
en 2026 culmina mañana.
Creo que estoy muy pensativa hoy y eso me hace alargar la
entrada de mi diario. Presentar la tesis no me pone nerviosa, me apetece mucho
mostrar mi trabajo. Pero lo que está pasando en el mundo si me tiene inquieta.
Después de la presentación pienso llamar al Ministerio de Educación, quizás mi
contacto con Rovira-Collado me ayude a entender que es lo que sucede. ¿Quién me
iba a decir que mi profesor amante de los gatos del máster acabaría de ministro? Aunque era la elección obvia para la Presidenta, pues en esta era tecnológica era el más capacitado. Ya me decía mi Iaia
que hay que tratar bien a todo el mundo. Nunca se sabe dónde acabarán.
Sarai Punzano
Ya sabía yo que al final acababas con el doctorado. Me ha encantado ;)
ResponderEliminarSe me ha olvidado poner el nombre del tutor... ¡No digo nada!
EliminarMil gracias, pero seguramente seguiré en las aulas 😸😸😸😸😸😸😸😸. Y creo que mañana iré a la oficina de patentes a registrar un nombre...
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