Existen muchos tipos de sentimientos y emociones que a lo
largo de nuestra vida experimentamos: alegría, sorpresa, miedo rabia, tristeza... Sin embargo, hay uno que ha servido especialmente de gran inspiración a
escritores, músicos, guionistas y a un sinfín de personas. Este sentimiento del
que hablo es el amor, intenso y universal, que acaba siendo muy importante para
nosotros. Sin duda alguna, el amor debería regir nuestras vidas desde el primer
día en el que nacemos y es que, como decía Mahatma Gandhi “Donde hay amor hay
vida”.
Y amor es lo que podemos ver en el
cuadro El beso de Pablo Ruíz Picasso:
El tema de la pareja,
omnipresente a lo largo de su carrera, se convirtió en una obsesión hacia el
final de su vida, años en los que estaba con Jacqueline. Su óleo sobre lienzo El beso de 1969 muestra dos cabezas unidas por una sola línea que ocupan todo
el espacio pictórico. Como podemos observar, las caras están deformadas con el
fin de estar más cerca. No obstante, la crítica no supo comprender el
significado de su obra y por ello es de las más desconocidas de su
producción.
Por otro lado, un
compositor al que el amor también le sirvió de inspiración en muchas de sus
obras fue Franz Liszt. Pianista
austro-húngaro aclamado en toda Europa por sus composiciones románticas. En 1839 comienza la gira con la que se iniciaría "La fiebre de Liszt". Tanto es así que que
poetas y escritores del momento llegaron a escribir sobre él conmovidos por su
música. Un claro ejemplo que podemos poner es el del famoso escritor de cuentos
Hans Christian Andersen quien escribió en su diario “cuando Liszt entró al salón, fue
como si una descarga eléctrica me atravesara y como si un rayo de sol
acariciara cada rostro” .
En
1850 Liszt publicó un conjunto de tres nocturnos "Sueños de amor". De
ese conjunto, la pieza que ha perdurado en el tiempo es el Nocturno N°3, popularmente
conocido como Sueño de amor, el
cual es un perfecto reflejo del piano romántico de mediados del siglo XIX:
No hay comentarios:
Publicar un comentario