martes, 30 de abril de 2019

Música y Arte.




Cuando vi este cuadro de Edward Hopper por primera vez, titulado Sol de la mañana, me vino a la mente la canción de El ángel Simón de Nacho Vegas. Os preguntaréis por qué. Realmente no tengo una sola respuesta pero esa misma mañana escuché la canción y al ver el cuadro, mejor dicho, al ver a la mujer del cuadro tan tranquila, mirando al horizonte por mirar, envuelta en sus pensamientos no pude evitar imaginarme que estaba pensativa por algo triste, por algo que no tenía solución, por algo que al final acabas aceptando pero que siempre lo tienes presente y te persigue. 




Esto es justamente lo que nos cuenta Nacho Vegas en esta preciosa canción que está inspirada en su padre Simón, quien falleció. Nacho nos narra lo que supuso y supone para él y sus hermanos la perdida de su padre. Tal vez el colchón sobre el que está sentada la chica del cuadro sea el mismo que tuvieron que bajar él y su hermano Javi a la basura. Y tal vez también, después de mucho tiempo, la chica se haya dado cuenta de que ya no le aterroriza la muerte de su padre, que ahora ya puede recordarlo con cariño y alegría, sino lo que le aterroriza es su propia muerte, ahora es consciente de la finitud de sus días, de nuestros días. 

Por esta razón, Nacho comparte con nosotros y nosotras un consejo muy valioso que le solía decir su padre siempre que pasaban por delante de una funeraria: "Agachaos, no vaya a ser que os tomen las medidas".

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