martes, 9 de abril de 2019

2030. La tierra al borde del abismo



En 2021 se descubre que la vida humana en la tierra es mucho más finita de lo que pensábamos. Ante la terrorífica imagen de una tierra destruida, la población, temerosa, se agrupa en pequeñas sociedades a la espera de poder hacer algo para ofrecer el mejor futuro posible a las nuevas generaciones. O eso es lo que aparentaban.



Supongo que España, que llevaba años bajo discursos políticos que asustaban con convertir al país en Venezuela, estaba más predispuesta a sucumbir al miedo de una tierra apocalíptica. Es por ello que sucedió. en 2023 el Partido para la Unidad Española (formación compuesta por los sectores más rancios de lo que en 2019 llamaban “las tres derechas”) asaltó el parlamento. Para orgullo de otros dictadores, lo hizo por la vía electoral y bajo las promesas de devolver la estabilidad política y económica al país. 


Como toda buena mentira siempre esconde algo de verdad, el resultado fue que la estabilidad política pasaba por la prohibición de partidos no afines al nuevo régimen; y la estabilidad económica se había conseguido mediante la venta de todo el patrimonio nacional a empresas como Mercadona e Inditex, que a su vez le vendían la deuda a Google, como buenos patriotas. 

Se había conseguido, teníamos estabilidad, y de la forma más tranquila posible nos acercabamos a la abismo. Poco importaba nada, pues por más duradero que fuera el nuevo régimen, estaba condenado al desastre, como todos, como el planeta. Ya daban igual los lavados de cara de Mercadona con sus propuestas de reducción de plásticos ni los de Inditex con su plan de recomprar ropa usada para volverla a vender (aquí pudimos ver que la moda es verdaderamente cíclica). 

Lo único “bueno” del nuevo régimen era la mejora que había supuesto para el sistema sanitario español. Si durante la primera década del 2000 se decía que teníamos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, era porque no se sabía hasta donde podíamos llegar. La infraestructura sanitaria española había dejado atrás toda competición con la europea o la americana, era otra liga. Es por eso que España empezó a vivir del turismo sanitario y rentabilizó su beneficio una vez se separó de la unión europea. 

Lo malo, es que esta sanidad era únicamente para el que la pudiera pagar, y enfermedades erradicadas volvieron a lo que ya para entonces se conocía como el 4º mundo: Los barrios y suburbios más pobres del primer mundo. Se había urbanizado prácticamente todo el terreno y era tanta la diferencia centro-periferia que habíamos vuelto a las dos Españas. Esta vez, una España rica y gloriosa de ojos ciegos a sus vecinos enfermos y deambulantes entre basura y escombros. 

Como el suelo había dejado de importar sino era para urbanizarlo, la España pobre, ni siquiera podía vivir del campo como otras veces había hecho. Todo era grisáceo. incluso el cielo. Enormes chimeneas de humo gris salía de las zonas industriales, alejadas del centro claro, y oscurecían el cielo, las esperanzas y los pulmones de los españoles más pobres.


No había mucha opción para la españa de la periferia: nacían y morían en las fábricas. La sociedad cada vez más deshumanizada, había asumido la vuelta de la esclavitud que a principios de los 2000 había externalizado. Ahora daba igual, las empresas ponían las normas. no necesitaban irse a países del sudeste asiático. Si estimaban que los trabajadores aún podían ser más humillados podían modificar los tipos de contrato, porque todo se hacía bajo la legalidad. 

Para los nacidos en el centro la oferta era bien distinta. Todo estaba informatizado, así que los estudios relacionados con este ámbito tuvieron un auge importante en el país, pero siempre era mejor ir a la vieja Europa. Finlandia o los Países Bajos ofertaban las mejores hipo-becas para estudiar allí, solo les deberías aportar mano de obra durante lo estimado para el 20% de tu vida laboral; otros países como Alemania o Suecia eran más abusivos y llegaban hasta el 30% o más de la vida laboral del estudiante. Se ofrecían como un nuevo futuro y debía ser cierto, porque muy pocos volvían a su país de origen después de pasar tanto tiempo fuera. 

Una de las viejas profesiones que sobrevivió fue la de los psicólogos y terapeutas. La España de los años 20 encabezó los mayores índices de depresión a escala mundial. Supongo que por el resultado de ver cómo las ilusiones de cambio se escurrían por el sumidero. Profesiones como el Trabajo Social quedaron obsoletas y se reconvirtieron en social media assistant. Todo estaba tan informatizado que las consultas se realizaban vía Instagram, siguiendo a los coachs influencers del momento.

España había cambiado pero, al menos, no era Venezuela. 

¿Y dónde estoy yo? Ayudando en la prevención de adicciones a las nuevas realidad virtuales para la empresa TRINITY CORPS. Es una ardua tarea, muchas veces los usuarios deciden que están mejor ahí y que no quieren volver. Yo tampoco querría. Pero estoy esperando a alguien. Les parecerá una tontería, pero hace años, durante una depresión entendí que los sueños son viajes multidimensionales y en uno de ellos conocí a un amigo felino. Solo lo ví una vez pero a raíz de ahí todo cambió. 


Yo había conseguido estabilizar mi infelicidad a través de la poesía y la escritura creativa, prácticas que por supuesto estaban perdidas bajo el nuevo Régimen, así que solo podía escribir memorizar y borrar. El proceso se me hacía divertido, iba recitando lo escrito mientra deambulaba al trabajo o volvía del mismo. Cómo estaba bastante empobrecido después de una inversión en educación que no me sirvió de mucho, me dedicaba a atender a las personas en sus bloques de viviendas. Fue entonces cuando me encontré con Ángela. Me comentó que había oído hablar en algún sitio sobre gente que memorizaba libros enteros.. No se bien que habrá sido de ella, hace tiempo que no la veo lanzando su monedita, 

En una sesión me habló de One. No podía creerlo, ella lo había visto. En sus idas y venidas por la “máquina de los sueños”, le había dicho que esperara, pero ella en el mundo onírico. Yo traté de mantener la compostura, quise actuar con normalidad, aunque no sé si fue mejor. Me estaba hablando de un gato más mágico que Doraemon y yo no me había inmutado. tal vez por eso dejase de venir. 


Pasaron semanas y sin poder sacarme el suceso de la cabeza finalmente accedí a romper mis votos profesionales e introducirme en la realidad virtual de la que tanto me habían hablado mis usuarios. Sabía que podía suponer mi despido de la empresa, o peor aún, podía significar no volver nunca a la realidad; pero también sabía que era la mejor oportunidad para dar con ese felino escurridizo. 

Como no podía dejar constancia de mi incursión, hice acopio de los pocos ahorros que tenía y acudí a un local clandestino donde te podías conectar sin necesidad de identificarte. Parecía como un fumadero de opio moderno. Cada usuario en su respectiva “máquina de los sueños”, cada uno en su viaje. No hacía falta esconderme ni esquivar a nadie: era invisible para todos. Me acomodé en una de esas máquinas y me conecté.


Me desperté en mi casa, a penas había cambiado nada pero todo lo que había vivido desde el auge de las tres derechas años atrás se empezaba a desdibujar en mi cabeza, tenía la impresión de que todo había sido un sueño y volvía de nuevo a 2019. Antes de prepararme un café ya se me hacía imposible hablar del nuevo régimen, recordaba las enormes torres de humo gris pero no sabía identificar que había debajo. El sueño había terminado y mis recuerdos estaban prácticamente borrados. 

Sonó el teléfono. Me habían seleccionado como finalista para el concurso de #sebuscanpoetas de Radio Televisión Española. El sueño no importaba, ya no daba crédito. Por fin parecía que se encarrilaba todo. Entonces fue cuando le vi. Estaba seguro de que no tenía gato, nunca me han gustado demasiado. Yo no tenía un gato pero ahí estaba. Era One. Colgué el teléfono y nos quedamos mirando fijamente. Yo no tenía gato, pero había visto a ese gato antes. 

-Tenemos trabajo.- Me dijo. 



2 comentarios:

  1. Enhorabuena y mucho ánimo con tu carrera escritora. Sí necesitas ayuda, maúlla 😸.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta lo mal que empieza con ese contexto social tan negro y lo bien que termina, One siempre dando guerra por donde pasa.

    ResponderEliminar

RESUMEN ARTÍCULO CIENTÍFICO: La enseñanza de la literatura y el pluralismo metodológico : Josep Ballester y Noelia Ibarra A lo ...