El curso pasado fue distinto a todos
los que había tenido antes. El último día de enero llegó a mi clase una chica
joven que no conocíamos, aunque parecía ser amiga de nuestra tutora Sonia,
quien le dio un buen abrazo de bienvenida y nos contó que había sido su maestra
de logopedia hace muchísimos años. Su nombre, que nos sonó raro al principio, era Inás. Nos contó que estaba
terminando la carrera de Magisterio en la universidad y que iba a realizar
prácticas como maestra… ¡en nuestra clase! Nos pusimos muy contentos.
Al principio, veíamos a Inás como la
ayudante de los demás profesores y como una amiga mayor que nos ayudaba a
entender lo que no comprendíamos. Con el paso de los días, nos dimos cuenta de
que estaba aprendiendo a ser profesora, pues llevó a cabo algunas sesiones de
diferentes asignaturas con la ayuda de Sonia y tenía la posibilidad de darnos
instrucciones y solucionar los problemas que ocurrían. Además, durante las
clases de castellano ayudaba a Marco Antonio y a Cloe a mejorar en la lectura y
en la escritura, y ayudaba a Juan Luis en cada materia para que pudiera seguir
nuestro ritmo.
Una de las cosas que mejor recuerdo de
Inás es que nos dejaba poner nuestro granito de arena en algunas actividades. Hubo
un día en que tuvimos que crear una noticia por parejas y presentarla a
nuestros compañeros, así que nos dio la oportunidad de disfrazarnos y llevar el
material que quisiéramos. ¡Nuestra clase se convirtió en un telediario y
nosotros hicimos el papel de periodistas!
Los días que más me gustaron de todo
el mes de febrero fueron los del taller de expresión oral. Durante tres sesiones,
la asignatura de Lengua castellana se transformó y nos tocó hablar más que
nunca. Inás nos mostró un cortometraje muy bonito de un pájaro llamado Piper y
creó diferentes dinámicas. La actividad más impactante para mí fue el Monstruo
Comemiedos, en la que tuvimos que hablar de nuestros miedos. La verdad es que
yo hubiese preferido hablar de algo más alegre y divertido.
El día tres de marzo fue el último
día de Inás con nosotros y, aunque nuestra tutora no se acordaba, nosotros lo
sabíamos desde el principio de la semana. Estábamos algo tristes, había sido un
mes diferente y le íbamos a echar de menos. Sin embargo, nos prometió que el
día del festival de San José nos iba a visitar para ver nuestra actuación, así
que le dimos muchos abrazos y nos despedimos de ella con una canción.
Excelente reflexión Inás.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo. Sobre todo cuando hablas de que les dejabas "poner nuestro granito de arena en algunas actividades" y un días se disfrazaron. Me he sentido identificado :). Y más cuando hablas del recuerdo del corto animado.
Nos vemos mañana.
Inás te ha quedado genial. Que bonito giro le diste a la asignatura de Lengua Castellana.
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